Protagonista Eva Libertad
La cineasta murciana Eva Libertad es la responsable de la primera película española protagonizada por una actriz sorda
CARMEN ALCARAZ
Este primer largometraje surge del corto del mismo nombre. ¿Era una cuenta pendiente que tenía con la historia?
Pues sí, fíjate. Lo has dicho muy bien. No lo había pensado así pero era una cuenta pendiente como guionista y como directora, porque cuando terminamos el rodaje pensé “aquí hay mucho más por contar”. Ángela, el personaje, seguía ahí. Además Miriam (que es la protagonista de la obra) y yo nos quedamos con las ganas de seguir trabajando juntas porque fue una experiencia buenísima.
Es curioso siendo ustedes hermanas. ¿No habían trabajado juntas antes?
Yo la había dirigido en teatro durante la universidad, hacía muchísimos años. Llevaba un seminario de Artes Escénicas y ella estaba estudiando en la Facultad de Bellas Artes de la Complutense. Realmente nunca le había puesto ante la cámara y, al hacerlo, pensé que era aún mejor actriz.
¿Cómo ha sido adaptar el corto a un largometraje?
En realidad creo que la película es completamente diferente al corto. Este parte del momento en el que Miriam empieza a plantearse ser madre en este mundo oyente y me comparte sus miedos e inseguridades. Pero en el largo yo me despegué de ella y empecé a hacer entrevistas a madres sordas para que me contasen sus experiencias durante el embarazo, el parto, la crianza, cómo cambiaba la relación con la pareja, si la pareja era sorda u oyente, cómo cambiaban con las familias, con los padres... y de ahí fui sacando lo que me servía. Pero nunca quise hacer la historia de “la sorda”, es decir, de una mujer sorda ejemplar o que representase a toda la comunidad porque eso es imposible. Así que en un momento paré las entrevistas y comencé a construir el personaje con sus singularidades. Una historia que de alguna manera surgiera también de mi imaginación, vivencias y lo que he visto. Al final el proceso creativo es un misterio. Tú eres un filtro por el que pasa la vida y todas tus experiencias, y de ahí sale la historia.
Fíjese que al ver la película me planteaba cómo habían gestionado la exposición de la intimidad de Miriam.
Es que en realidad Ángela y Miriam no tienen nada que ver. Hay una tendencia a pensar que una persona con discapacidad no está interpretando, sino que su discapacidad ya crea el personaje. Es algo que yo descubrí con el corto en los encuentros con el público, pero no es verdad en absoluto. Miriam ha creado un personaje. Ángela no tiene el mismo nivel de sordera que Miriam, con lo cual la dicción no es la misma, de hecho trabajó mucho para encontrar la voz de Ángela, su manera de actuar, su nivel de lectura labial. Las experiencias que ha tenido Ángela no tienen nada que ver con la experiencia vital de Miriam. Lo único es que entiende al personaje en esa condición de encontrarse con barreras comunicativas y obviamente le aporta cosas personales, pero eso también lo hace Álvaro Cervantes, por ejemplo.
Álvaro Cervantes realizó un esfuerzo enorme para meterse en personaje.
Sin duda. Álvaro se ha involucrado y se ha entregado al proyecto de una manera súper generosa porque estuvo un año aprendiendo lengua de signos para llegar al rodaje con capacidad de improvisar. Tanto él como Miriam han hecho un trabajo increíble.
¿Qué ‘feedback’ ha recibido de la comunidad sorda?
La comunidad sorda es muy compleja y heterogénea. El ‘feedback’ que recibimos fue de personas que decían sentirse identificadas, algo que en general les costaba mucho en el cine. De hecho en el Festival de Berlín se hizo un pase para personas sordas y los comentarios que nos devolvieron fueron en esa línea. Hombres alemanes que se subieron al escenario para decir “esta historia me representa”, imagínate. Pero bueno, tampoco era el objetivo porque insisto, mi idea no era hacer una sorda representante de la comunidad, porque es imposible. Hay tantas maneras de ser sorda como de ser oyente.
¿Cómo ha sido el proceso de grabación entre el equipo, compuesto por personas sordas y oyentes?
Pues en ese sentido yo me obsesioné desde el principio en que todo el mundo supiese lo que íbamos a hacer y preparé un dosier con información sobre la sordera desde diferentes ámbitos: cultural, social y médico. ¡El equipo me odió un poco porque tenía casi 50 páginas! [risas] Pero era muy ameno y yo quería que la gente tuviese conciencia de la complejidad de lo que estábamos hablando. Después también se organizaron clases de lengua de signos para que el equipo oyente tuviese nociones básicas para relacionarse con el equipo sordo. Y durante el rodaje tuvimos siempre intérpretes de lengua de signos para asegurar una comunicación fluida, así que la sensación general fue muy satisfactoria. Es muy difícil hacer un rodaje 100 % accesible, porque al final depende de una estructura, pero creo que hicimos un esfuerzo y el resultado fue muy bueno.
A nivel técnico la película tiene unas particularidades tanto en los juegos de sonido y silencios, como en los planos. ¿Ha sido un reto o ya tenía el trabajo hecho con el corto?
No, nada que ver. Han sido dos viajes completamente diferentes. En el largo hubo muchísimo más trabajo de planificación por mi parte. Una búsqueda muy consciente de cómo quería contar esta película, porque quería que la forma estuviese muy enraizada con la sordera. Hice un dosier sobre artistas sordos para ver cómo era su experiencia sensorial del mundo. Eso lo compartí con Gina Ferrer, mi directora de fotografía. Le propuse a Gina usar colores muy puros, sin filtro. Además tenía claro que quería que la lengua de signos estuviese siempre presente, lo que condicionaba el encuadre y el tamaño de los planos. También quería reflejar la evolución de Ángela, que al principio está integrada con su entorno, lo que se refleja en planos conjuntos, y luego poco a poco se va aislando. Respecto al tratamiento del sonido, que es un aspecto clave, la película empieza siendo mucho más armónica a nivel sonoro y va evolucionando con la historia. Hubo mucho trabajo detrás.
'SORDA' (VOSLSE)
Ángela, una mujer sorda, va a tener un bebé con Héctor, su pareja oyente. El embarazo hace aflorar sus miedos frente la maternidad y sobre cómo podrá comunicarse con su hija. La llegada de la niña genera una crisis en la pareja y lleva a Ángela a afrontar la crianza de su hija en un mundo que no está hecho para ella. Largometraje basado en el corto de 2021 del mismo nombre. SÁBADO 15 TEATRO CERVANTES 20:30 HORAS