Protagonistas

“Mi objetivo es plantear si nos hace humanos la violencia o la empatía”

“Mi objetivo es plantear si nos hace humanos la violencia o la empatía”

Protagonista Manuel Ríos San Martín

16.03.2025

Manuel Ríos San Martín ha sido el artífice de la primera película rodada en Atapuerta, un entorno singular que participa en la trama

CARMEN ALCARAZ

 

‘La huella del mal’ está basada en su propia novela. ¿Cómo ha sido adaptarse a sí mismo? 

Tengo muchos amigos escritores y siempre les crea mucha zozobra que adapten sus novelas por el miedo a que los lectores se enfaden. Pero en este caso, como soy yo mismo, espero que no la tomen conmigo. De todas maneras he contado con la participación de la guionista Victoria dal Vera para tener una opinión externa. Ha pasado una cosa curiosa, y es que ella ha defendido más la novela que yo, que quería adaptar más cosas. Pero he disfrutado mucho y estoy satisfecho con el resultado.

¿Hay alguna licencia que se haya permitido como autor?

Sí. Por ejemplo, en la película se incide más en el mundo de los estudiantes jóvenes que participan en la excavación, mientras que en la novela salen poco. Pero era gente interesante, guapa, que nos venía muy bien en el aspecto audiovisual.

Se trata de la primera película rodada en Atapuerca. ¿Qué papel juega el yacimiento en la historia?

Es muy importante porque las excavaciones no son solo una localización bonita, sino que es el tema central de la trama. La prehistoria forma parte de la narración, está presente en las acciones y los sentimientos de los personajes; en la violencia primitiva que puede haber en la película. He tenido que hacer una labor de documentación muy intensa para la cual he contado con el asesoramiento de José María Bermúdez de Castro, vicepresidente de la Fundación Atapuerca, que me ha ayudado a que científicamente este trabajo no tuviese inexactitudes. 

También ha habido mucho trabajo de fotografía.

Sí, porque son unas localizaciones impresionantes y la fotografía era esencial. Hay mucha naturaleza en esta película, que está rodada en gran medida en exteriores, y ha sido muy laborioso. Una de las cosas que ha hecho Ángel Iguácel, el director fotográfico, es conseguir que no les dé el sol a los personajes nunca, siempre hay una cierta penumbra en todo. Para ello hubo que colocar unos palillos a 30 o 40 metros del suelo para dar sombra, por ejemplo.

Tanto rodaje en exteriores debe tener  una complicación técnica y práctica.

Claro, piensa que hemos sido un equipo de 80 personas y la producción ha sido muy compleja. Pero Marisa Muñoz, la productora, ha hecho un trabajo estupendo para que todos estuviéramos cómodos y saliera perfecto. 

Usted dice que el valor de las historias es que te proyectan a otro mundo. ¿Dónde quiere transportar a los espectadores con el filme?

Mi objetivo es que, aparte de pasárselo bien, se produzca una reflexión sobre qué es lo que nos hace humanos. Si esa violencia ancestral que viene desde los primeros homínidos, o la empatía, de la que también encontramos casos en Atapuerca.

Por la situación actual casi podríamos ponernos en el peor caso...

Es cierto, pero en Barcelona, donde estoy yo ahora por ejemplo, viven tres millones de personas.  Y la gente se para en los semáforos, va a las tiendas y paga. Es decir, la gran mayoría es pacífica y colabora en el orden común. Lo que pasa es que los violentos generan mucho ruido.

Ha sido guionista y ha participado en series de mucho éxito como ‘Médico de familia’ o ‘Compañeros’. ¿Es una mochila o algo positivo?

Yo estoy encantado. Gran parte de lo que he aprendido ha sido gracias a eso y la gente aún lo recuerda con cariño. Es un honor.