Protagonistas

“Me identifico más con mis trabajos más arriesgados, me siento más yo”

“Me identifico más con mis trabajos más arriesgados, me siento más yo”

Protagonista Lola Salvador

17.03.2025

La veterana guionista Lola Salvador recoge hoy el Premio Ricardo Franco por una extensa carrera que incluye títulos imprescindibles de nuestro cine

TAMARA HARILLO

Enhorabuena por este reconocimiento que le otorga el Festival de Málaga junto a la Academia de Cine. ¿Cómo recibió la noticia? ¿Una se acostumbra a recibir tantas distinciones?

Me lo comunicó Juan Antonio [Vigar] hace unos meses y dije “ah, pues qué bien”, otro premio. Ya me han dado algunos gordísimos, como el Nacional de Cinematografía. Pero yo soy de las personas que suelo decir que no en cuanto que puedo a estas cosas, prefiero ir más de mujer invisible, de escritora y ya está. 

Pues ahora que lo nombra, precisamente este premio tiene como fin valorar los oficios más técnicos del cine, los más invisibles, los que quedan siempre ocultos tras los focos. ¿Al guion le ocurre esto?

Queda un poco más relegado en comparación con otras figuras, pero no creo que el trabajo de guion sea de los más invisibles, me parece un poco tópico. El escritor tiene esas características, que puede escribir en casa y no tiene que estar poniéndole cara a nada, más allá de los equipos con los que trabaje. Pero no me parece que sea invisible, más bien todo lo contrario. Sí puede pasar que la gente todavía no sepa qué es en realidad, pero eso ya es otra cosa. Yo siempre lo comparo con una partitura de un concierto. La partitura está ahí y luego viene la orquesta y la toca. El guion es igual: es la base sobre la que se construye todo.

¿Y siempre tuvo claro que quería dedicarse a escribir? ¿Cómo fueron sus inicios en esta industria?

Si pienso que tengo una vocación o un oficio, es el de la escritura. Desde pequeña dije que quería ser escritora y pues eso soy. He escrito guiones, por supuesto, pero también novela y teatro, además de otras cosas. De hecho, yo empecé como traductora, como intérprete de una figurinista en la película ‘El fabuloso mundo del circo’, de Henry Hathaway. Después, trabajando en televisión, prácticamente como becaria, sin cobrar, hacíamos un poco de todo. Como ya había trabajado en cine y conocía las casas que hacían los trajes, me dediqué un poco a eso, pero no osaría a decir que he sido figurinista, yo no sé dibujar ni un sombrero ni una bota [risas]. En aquellos tiempos, a esa tarea la llamábamos ambientadores. Éramos gente que nos ocupábamos de la peluquería, del maquillaje, del vestuario y del atrezo. Soy muy mayor, entonces te hablo de historias de mucho tiempo atrás, de cuando Estudio Uno con Chicho Ibáñez Serrador.

Lola, usted ha firmado dos títulos icónicos de nuestra cinematografía, ‘El crimen de Cuenca’ y ‘Las bicicletas son para el verano’. ¿Cree que marcaron un antes y un después en tu trayectoria?

No, para nada. Ni siquiera son los que más me interesan. Prefiero los trabajos que he hecho quizá menos conocidos, pero un poco más experimentales. Mientras hacía estas cosas del ‘crimen’ y tal, hice ‘Juan Soldado’, con Fernán Gómez, y todo esto me parecía más interesante. He hecho de todo, para ganarse la vida en este oficio hay que hacer mucho de todo. Pero me identifico más con mis trabajos un poco más arriesgados, un poco menos de cara al gran público. Ahí es donde me siento más cómoda, me siento más yo.

También ha sido fundadora de entidades como la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y el sindicato de guionistas ALMA.

Sí, he estado en todas las movidas posibles. Yo quería un colectivo para la defensa de la gente del cine, para que tuviéramos mayor respeto de la gente y firmáramos mejores contratos. Para tener mejores condiciones, en definitiva. Saber cuánto vas a cobrar, cómo defender tus derechos y qué hacer para no perderlos me parece lo más normal. Por eso creí importante implicarme ne la creación de instituciones que respaldasen todo esto. 

Por si fuera poco, ha ejercido además como docente. 

Sí, con el mismo deseo de que esto no se acabe pasado mañana y ayudar a la gente nueva que empieza. Me parece que he tenido un ejercicio de la profesión muy típico en este sentido. Y siempre he tenido claro que quería estar con los mejores, porque es lo más divertido y donde aprendes más. Este no es simplemente un trabajo para ahorrar dinero en una cuenta corriente, sino para trabajar con los mejores, pasártelo pipa y que sea algo fundamental para tu vida.

Y con una trayectoria tan extensa como la suya, ¿le ha quedado algo por hacer?

Yo estoy contenta de ser una buena persona, nada más. Lo demás me da igual. Muchas veces a la gente que trabajamos en el cine se nos tiene por cosas que realmente no somos. Sobre todo cuando ya llevas mucho tiempo trabajando y ya eres una persona adulta como yo, te das cuenta de que las cosas importantes de la vida no son ni la fama, ni el éxito, ni los premios, ni ser miembro de nada. Es haber entendido la vida mientras que te diviertes y haciendo un trabajo interesante, siendo una buena persona y no haciéndole daño a nadie. Con el cuidado y la compañía de tus colegas de oficio, ya sean mayores que tú, menores o incluso que estén por nacer. Es un trabajo muy gratificante porque el mundo de las artes está lleno de gente muy distinta.

Qué reflexión tan inspiradora, Lola. Para cerrar ya, solo por curiosidad, me ha dicho antes de comenzar a charlar que la pillaba liada con trabajo. ¿En qué está ahora?

Estoy como debe de estar muchísima gente en estos momentos, presentando proyectos a las distintas y pequeñísimas ayudas que hay en este país para para apoyar el audiovisual. Yo siempre estoy un poco quejosa del poquísimo dinero que destinan los gobiernos de este país, ya sean de derechas o de izquierdas, al audiovisual. Y sobre todo a la educación y el cine. Ojalá el cine se enseñara en las escuelas.