Protagonistas

“Me gusta reflejar de forma dramática problemas de la vida que no tienen solución”

“Me gusta reflejar de forma dramática problemas de la vida que no tienen solución”

Protagonista Sebastián Schindel

20.03.2025

El argentino Sebastián Schindel visita Málaga con ‘Una muerte silenciosa’, un thriller sobre la culpa que se desarrolla en un paisaje hostil

TAMARA HARILLO

¿Qué nos cuenta de esta película? 

Este proyecto me lo propusieron los productores, Ori y Esteban Mentasti, con quienes llevo trabajando muchos años. Es la cuarta película que hacemos juntos y me enganché inmediatamente a la historia. Trata sobre una joven que es asesinada y su tío se obsesiona con descubrir la verdad. Me motivó la idea de volver a trabajar con Joaquín Furriel, es la tercera vez que coincidimos y nos llevamos muy bien. Fue un placer hacer la película. La pasé maravillosamente bien en todas las etapas del proceso, al igual que el resto del equipo. Fue una experiencia muy linda, pese a que trabajamos en un lugar aislado en la Patagonia argentina.

¿Qué elementos le engancharon para aceptarla tan rápidamente?

Me gusta reflejar de forma dramática problemas de la vida misma, esos que no tienen solución, problemas humanos con los que aprendemos a convivir. En esta película está el tema de los secretos, lo no dicho, una comunidad donde todos esconden algo. Esos secretos impiden tener un vínculo franco y honesto.

La trama se sitúa en Argentina en los años 80. ¿Cómo influye este contexto histórico?

Los 80 fueron una década de transición a la democracia en Argentina, pero no fue automático. Los militares aún tenían mucho poder, y eso se refleja en la película, en una zona rural donde la gendarmería, una fuerza militarizada, cumple el rol de policía. Hay corrupción y asuntos ocultos.

El entorno actúa como un personaje más. ¿Qué papel juega la naturaleza en la narrativa visual?

Queríamos mostrar una naturaleza difícil, amenazante, no publicitaria. Nunca filmamos con sol, siempre nublado, nevando o lloviendo. La naturaleza debía desafiarnos. También queríamos salir de lo urbano y mostrar los hermosos paisajes de Argentina. Fue un rodaje difícil, con mucho frío y escenas nocturnas en el bosque a 15 grados bajo cero.

Entre la naturaleza hostil y el ritmo de la película, parece que quería hacernos pasar un mal rato. ¿El objetivo era no dar concesiones al público?

¡Sí que lo parece! [risas] Es una característica de mis películas, suelen ser afixiantes, con un ritmo frenético. No busco el terror, pero sí generar tensión, por eso el thriller es un género que se adapta bien a mi forma de contar historias. 

Su cine combina historias profundas con un sello autoral y la voluntad de llegar a un gran público. ¿Cómo logra ese equilibrio?

Cuando yo estudiaba cine hace unos cuantos años, un profesor dijo una frase que se me quedó grabada: “Algunos directores hacen la película para el público y otros, en cambio, dicen, el público soy yo”. No es mi caso. Yo pienso todo el tiempo en el público, desde que escribo el guion hasta el montaje. Las películas que a mí me gustan, no suceden solamente en la pantalla, sino que terminan de cobrar forma en la mente del espectador y es por eso que uno va mandando el estímulo que son las distintas escenas, diálogos, acciones y que haga hipótesis, que el espectador hacerle que tenga que hacer un pequeño esfuerzo por pensar.

Por último, Sebastián. ¿Con qué expectativas viene al Festival?

Es el estreno internacional de la película, así que tengo muchas ganas de ver cómo la recibe el público. Es mi primera vez en Málaga y me ilusiona ver cómo se vive la película en otras culturas.