Protagonistas

“La comedia tiene una evidencia física, es imposible engañar al espectador”

“La comedia tiene una evidencia física, es imposible engañar al espectador”

Protagonista Borja Cobeaga

18.03.2025

Borja Cobeaga vuelve al Festival con ‘Los aitas’, una comedia sobre la paternidad en los ochenta y el cambio de rol que se vivió

CARMEN ALCARAZ

Su primer largometraje, ‘Pagafantas’, consiguió el premio de la crítica en el Festival. ¿Qué importancia tiene Málaga para usted?  

Muchísima. Este festival tiene un importante componente sentimental, porque uno siempre recuerda con un cariño especial las primeras veces. ‘Pagafantas’ era una comedia juvenil, y que de repente la crítica la premiara fue algo que no esperábamos.

Como autor que ha desarrollado su carrera en la comedia, ¿cree que sigue considerándose un género menor en los certámenes?

Personalmente creo que, si la vida fuese un género, sería una comedia dramática. A mí es lo que me sale, de hecho una vez me puse a escribir un cuento de terror, y salió comedia. Y es verdad que en muchas ocasiones se ningunea un poco, pero si te dedicas a ella tienes que estar preparado para eso. No se puede tener todo, la mayor taquilla y competir por la Palma de Oro en Cannes. Lo que sí me parece es que es el género más arriesgado. Si un chiste no funciona en una película se hace un silencio en la sala que te asoma al abismo, aparece una bola rodando y grillos. Eso el drama no lo vive porque la comedia tiene una demostración física y es imposible engañar al espectador.

¿En qué se ha inspirado para crear a este padre ochentero? 

Nunca había escrito sobre la paternidad, y eso que mi hijo tiene ya ocho años. Pero en el proceso me di cuenta de que realmente no hablaba de ser padre, sino de ser hijo. Los aitas que retrata la película son de la generación del mío, que fueron los últimos mohicanos antes de que cambiara el modelo de paternidad. Ellos aún se iban a trabajar antes de que sus hijos se despertaran y volvían cuando estaban acostados. Pero, debido al cambio social y económico, hubo un gran parón en la industria y se quedaron en casa mientras sus esposas trabajaban, así que les tocó implicarse.

¿Era más fácil hacer esa revisión desde el pasado que asumiendo las posibles carencias del presente?

En realidad, la película empezó como un encargo, pero conforme avanzaba me fui implicando en la historia y se hizo más personal. Por eso necesité llevarla al 89, que me trasladó a la realidad que conocía de cerca, en mi casa y entorno. Pero haciendo autocrítica debo decir que rodando esta película me perdí el recital de piano de mi hijo y los grupos de WhatsApp del colegio siguen estando llenos de madres. 

La película se centra, además, en la relación de padres e hijas, que en esa época vivían casi en mundos separados.

Total. En la película los padres no saben el nombre de las amigas de sus hijas ni qué deporte practican, porque no les acompañaban a las extraescolares. Pero la trama no está en el proceso de convertirse en buenos padres, porque tampoco es ciencia ficción, sino en darse cuenta de que sus hijas son grandes desconocidas, y eso hace que se remueva algo.

Usted empezó en el cine pero después ha hecho muchas series. ¿A qué se debe?

Yo hice ‘Pagafantas’ cuando se hablaba de una nueva comedia española. Pero de pronto, no sé qué pasó, que los productores se pusieron a hacer remakes y eso se cargó la comedia en el cine. Siempre he pensado que ningún niño quiso ser guionista para hacer el remake de la película francesa del año. Creo que la tele ha sido el refugio de la comedia de autor.