Protagonistas

“Esta película habla de la necesidad de empatizar con el dolor ajeno”

“Esta película habla de la necesidad de empatizar con el dolor ajeno”

Protagonista Lino Escalera

21.03.2025

En su regreso al Festival, Lino Escalera nos descubre la cara más cruda de la Costa del Sol a través de un thriller noir sobre la trata de mujeres

TAMARA HARILLO

¿Qué vamos a ver en ‘Hamburgo’?

Es una película que habla sobre la necesidad de empatizar, de visibilizar el dolor del que tenemos enfrente, de mirarnos y de reconocernos. Todo esto toma forma en una película que se enclava dentro del cine negro, con algo de thriller, y con un telón de fondo muy crudo, que es la trata de mujeres.

En 2017 le pudimos ver en este Festival con su primera película, ‘No sé decir adiós’, con un tono mucho más intimista. Ahora nos presenta una película con un trasfondo social que aborda una de las formas de esclavitud moderna más invisibilizada ¿Qué le interesaba de este tema?

Yo quería reflejar ese dolor ajeno, que me parece que es algo que nos tenemos que plantear todos. Estamos en una sociedad que es claramente narcisista, en la que estamos muy conectados a nuestro dolor, pero no al dolor de la persona que tenemos al lado. Creo que la trata de mujeres, en ese sentido, es un claro ejemplo de este dolor invisibilizado, en un país que es el tercer consumidor del mundo y en una situación todavía de alegalidad absoluta con este tema. Creímos que era hora de abordarlo. 

¿Y cómo se ha acercado a este asunto? ¿Cómo ha sido el proceso de documentación?

Nos ha ayudado mucho una asociación que se llama APRAMP, que funciona en Madrid. Desde el primer momento nos pusimos en contacto con ellas. Esta asociación lo que hace básicamente es ayudar a estas mujeres a salir de la trata y regularizar su situación primero, y luego darles todas las herramientas terapéuticas para poder rehacer sus vidas. Tuvimos la gran suerte de hablar con estas mujeres en dos ocasiones y sus testimonios fueron claves a la hora de retratar este mundo, sobre todo para construir el personaje femenino de la película.

Sin embargo, el personaje principal es un hombre.  ¿Por qué narra la historia desde esta perspectiva? 

Creo que el punto de vista masculino es el que comparte gran parte de la sociedad, es decir, la mirada que juzga. Pero la historia va evolucionando paulatinamente y al final acabamos viéndola desde la visión de ella. Porque, en resumidas cuentas, ambos personajes quieren lo mismo: escapar. 

¿Cómo definiría el vínculo entre los dos personajes? ¿Es una relación de interés mutuo?

Bueno, en el fondo sí, son dos personajes que necesitan escapar de una realidad y de una cotidianidad extremadamente dura. Por un lado, Alina [Ioana Bugarin] necesita escapar de una situación de esclavitud, y, en el caso de Germán [Jaime Lorente], sus decisiones le han llevado a cometer errores toda la vida, así que quiere salir de esta dinámica que él achaca a la mala suerte. Él encarna al personaje del perdedor que siempre echa la culpa al destino.

En esta espiral de desesperación y de violencia que muestra la película, ¿hay espacio para la redención o para la esperanza, Lino? 

Sí, claro que sí. La película es dura porque el mundo que retrata es extremadamente cruel, pero también la realidad del propio Germán, con ese trasfondo de la adicción que está ahí. Pero creo que son personajes en los que hay espacio para la vulnerabilidad, para la humanidad y para la expresión de la fragilidad.

Jaime Lorente, conocido por papeles intensos y viscerales, encabeza este reparto. ¿Qué tal ha sido el trabajo con los actores?

La verdad es que muy intenso. Estoy muy contento con el trabajo del casting. Siempre planteo mucho tiempo de ensayos, para mí es muy importante poder trabajar con los actores de manera extensa y profunda antes de empezar a rodar. En este caso, también ha sido así. Y en el caso de Ioana, el añadido de todo el trabajo de documentación para encarnar a una mujer víctima de trata fue bastante extenso y profundo. Para ella fue un viaje tremendo meterse en la piel de una mujer en estas situaciones. Fue un trabajo muy riguroso en el que todos se lanzaron a la piscina. Jaime ha hecho una interpretación espectacular, que se diferencia mucho de todo lo que ha hecho hasta ahora. Todos aportan un gran trabajo para conformar ese paisaje humano que es complicado.

La película se ambienta en la Costa del Sol, un lugar que normalmente asociamos al turismo y al lujo, pero que aquí se convierte en un escenario de una realidad muy oscura.

La decisión de ambientarla en la Costa del Sol es porque es uno de los grandes focos de mafias relacionadas con la trata en España. El entorno también nos vinculaba a algunas referencias estéticas de la película. Rodamos en Super 16 porque creíamos que la textura que íbamos a conseguir nos iba a ayudar a reflejar esa oscuridad, esa crueldad, algo tan extremadamente sucio. 

Lino, ¿cómo asume esta vuelta al Festival de Málaga, del que se ha llevado incluso la Biznaga?

Estoy muy feliz. Málaga me cambió la vida. Salir premiado de aquí con mi primera película transformó mi carrera profesional. Ahora vuelvo con una propuesta muy diferente y estoy deseando compartirla.