Protagonistas

“Para mí, Nina es como una Joan Crawford o un John Wayne”

“Para mí, Nina es como una Joan Crawford o un John Wayne”

Entrevista

Protagonista Andrea Jaurrieta

04.03.2024

Tras debutar en Málaga con ‘Ana de día’, Andrea Jaurrieta regresa al festival con su segunda película, ‘Nina’, un western moderno

JESÚS ZOTANO

 

¿Cómo se siente presentando ‘Nina’, su segundo largometraje, a concurso en Málaga? 

Me siento muy afortunada. Creo que estar entre los seleccionados, con la cantidad de buenas películas que se hacen ahora mismo en España, es un privilegio. Por un lado, me siento muy afortunada y, por otro lado, me siento muy agradecida porque el Festival de Málaga me ha hecho empezar mi carrera más seria, ya que estuve aquí con mi primera película.

La película se anuncia como un “western femenino contemporáneo” en el que la sed de venganza de la protagonista ejerce de motor de la trama.

Podríamos decir que es un western deconstruido, porque es en el presente, pero sí se vale, por ejemplo, del uso del paisaje y las atmósferas para contar un poco lo que le pasa al personaje protagonista. Y también hace uso de los arquetipos: para mí, Nina es una Joan Crawford o un John Wayne, un personaje solitario que vuelve atormentado y del que no se conoce muy bien qué ha vivido en el pasado. Y también hay escopetas y todo eso… Y todo se equilibra con la parte en la que se explica el pasado de esta persona y todo lo que pasó. Creo que la gente la vea se va percatar de las referencias y del espíritu que tiene la película.

La historia está basada en la obra de teatro de José Ramón Fernández, en la que también se tratan temas como los sueños rotos, el regreso al lugar de la infancia… 

Claro, volver al lugar de origen y los sueños rotos son temas que he cogido de la obra de José Ramón Fernández, pero le he añadido un poco más. Tanto en ‘La gaviota’ de Chéjov como en la obra de José Ramón, Nina regresa atormentada, pero todavía sigue enamorada y ha aprendido a sufrir. Para mí era algo que no cuadraba. Pesaba que hoy en día sería algo imposible. Así que le di la vuelta. Por eso Nina, aunque vuelve destruida, vuelve a vengarse. Es un poco más dura.

¿Cómo ha sido el trabajo con Patricia López Arnaiz y Darío Grandinetti? 

Yo estudié arte dramático. Me gusta trabajar mucho con los actores porque creo que entiendo muy bien su lenguaje. Ambos fueron muy generosos con su trabajo. Por ejemplo, el trabajo de Darío con Aina (Picarolo), que hace el papel de Nina de pequeña, ha sido increíble: siempre poniendo todo a favor para que una chica con menos experiencia se sintiese cómoda y estuviese al nivel. Y con Patricia igual: es alucinante la capacidad de conexión emocional que tiene con todo lo que hace. Le da una verdad que es increíble. 

‘Nina’ fue uno de los proyectos seleccionados de la primera edición de las Residencias de la Academia de Cine. ¿Cómo vivió esta experiencia? 

Me tocó justo el primer año y tuvimos que parar por la pandemia. Así que fue un poco crisis, porque todo se paró. Me ayudó muchísimo estar en la Residencias de la Academia para que el proyecto cogiese peso. Pasó de ser un proyecto de una chica que hace cine underground y cosas frikis a trabajo en el que se podía confiar y que se podía financiar. Y eso creo que fue fundamental.  

Tras el estreno de ‘Ana de día’ en Málaga confesó que levantar su ópera prima fue toda una carrera de obstáculos. ¿Se ha encontrado con más puertas abiertas en esta ocasión? 

Desde que comencé con ‘Ana de día’ hasta que se estrenó pasaron ocho años. Con ‘Nina’ van a ser cuatro años y medio, aunque habría que quitar uno por la pandemia. No es fácil levantar proyectos independientes y con una voz propia. Necesitas muchas fuentes de financiación y que confíen en ti. Pero, obviamente, con ‘Nina’ ha sido más fácil que con ‘Ana de día’. 

¿Considera que la deseada paridad está avanzando adecuadamente en el mundo del cine?

Considero que sí que la paridad está avanzando, pero no a nivel de presupuestos de los proyectos. Se presupone que nosotras tenemos que hacer un cine más pequeño, más neorrealista, como más intimista… En este ámbito nos dejan estar tranquilas, pero en cuanto quieres ir un paso un poco más allá, surgen las dudas. Tienes que haber demostrado mucho para que te llamen para una superproducción o un thriller. Y ahí creo que nos queda mucho trabajo por hacer.

¿Qué es lo que más le satisface de su faceta como profesora de Historia del cine?

Estar siempre en constante aprendizaje; viendo películas para ampliar los temarios y para poder poner ejemplos de lo que quiero hablar… Todo eso me permite estar continuamente viendo y analizando cine. Por otra parte, lo que menos me gusta de dar clases es que lo hago, sobre todo, porque necesito trabajar en algo mientras saco mis proyectos. Y espero que con esta película pueda rebajar un poco la cantidad de clases que estoy dando para poder sobrevivir en Madrid.

Suponemos que otro aspecto positivo de su labor docente es que le mantiene en contacto directo con el futuro del cine español…  

Eso me encanta. El otro día, unos alumnos me mandaron un mensaje para darme la enhorabuena y, la verdad, me emocioné. Para mí es importante transmitir esa pasión por el cine. Porque muchos quieren hacer películas o quieren ser intérpretes, y yo les explico la crudeza de este medio. Y recibir un mensaje de que han sido felices en mis clases, a pesar de todo lo que les digo sobre la realidad de la industria, es muy gratificante. 

¿Qué lecciones se llevó a su día a día como realizadora tras haber sido meritoria de dirección de Almodóvar en el rodaje de ‘Julieta’? 

Pues eso fue un máster para mí. Era alucinante. Y como no tenía mucho que hacer, me dediqué a observar muchísimo. La lección que aprendí de ese rodaje fue el detallismo en cada uno de los planos de Almodóvar. Cada esquina, en cada píxel de la imagen estaba absolutamente controlado. Y también la manera en la que transmitía ese detallismo a todo el equipo. Ese fue mi mayor aprendizaje. 

¿Qué sentimientos le provoca la inevitable irrupción de la inteligencia artificial en el oficio de hacer películas? 

Es una pregunta que no me esperaba… Seguro que ya hay guionistas que están utilizando la inteligencia artificial para desarrollar más rápido las tramas. No sabría qué decir: por un lado, siempre que sea positivo para mejorar cosas, no me parece mal. Ahora, el abuso de la inteligencia artificial para sustituir trabajos creativos; para que un ordenador cree las tramas porque son las que funcionan según un algoritmo… Eso me asusta. Me parece como una distopía, el fin del pensamiento crítico. Creo que todos los avances tecnológicos son bienvenidos si son utilizados de una buena manera. 

 

‘Nina’

Nina (Patricia López Arnaiz) decide volver al pueblo costero donde creció, con una escopeta en el bolso y un objetivo: vengarse de Pedro, un famoso escritor al que el pueblo rinde ahora homenaje. El reencuentro con su lugar de origen, con sus recuerdos del pasado y con Blas, un amigo de la infancia, le hará replantearse si la venganza es su única opción. 

LUNES 4 DE MARZO 19.30 HORAS TEATRO CERVANTES