"Me interesa destacar la ligereza y el humor para hablar de temas serios"

CRISTINA CORTIJO BON

Tres de tres. Presentó ‘Formentera Lady’ en 2018, ‘Toscana’ en 2022 y ahora ‘Pájaros’ en 2024. ¿Qué significa para usted el Festival de Málaga? 

Es el referente del cine español ahora mismo y, para el cine que yo hago, es el lugar perfecto. Su programación es muy ecléctica y, en lo que se refiere a mis películas, en las dos ocasiones anteriores que he venido la relación con el público siempre ha sido maravillosa. Tengo un recuerdo fantástico tanto de ‘Formentera Lady’ como de ‘Toscana’. En el caso de ‘Toscana’, además, salíamos de la pandemia y fue muy especial. Es un lugar de encuentro con el público. Tengo muchas ganas de mostrar la película porque aún no he podido verla en compañía de gente y ese es un paso muy importante.

‘Pájaros’ se estrena además con el festival recién inaugurado, cuando hay muchas ganas contenidas de ver cine.

Sí, creo que va a ser muy chulo y tengo muchas ganas. Me siento muy apreciado en el festival y el hecho de que mis tres trabajos como director hayan pasado por él me hace sentir encantado.

‘Toscana’ se desarrollaba prácticamente en un escenario único y en esta ocasión se ha embarcado en una ‘road movie’ por Europa. Menudo cambio, ¿no? 

Sí, el cambio ha sido brutal. En algún momento de locura por ahí por Europa recordaba con añoranza el plató de ‘Toscana’, el tenerlo recogido todo (risas). Esta vez ha sido como el polo opuesto, pero la historia lo requería. La esencia de ‘Pájaros’ es esa, es la escapada, el viaje, el alejarse para encontrar. ‘Toscana’ también era un viaje, pero un viaje de una mañana en un sitio recogido. La verdad es que he disfrutado mucho el poder embarcarme en este viaje con un equipo muy afín, que ha sido muy cómplice, porque si no no lo habríamos conseguido. En este rodaje no hay trampa ni cartón, no hay croma. Todo lo que se ve es carretera de verdad, es viaje de verdad, son ríos de verdad, montañas… Todo es así y eso arropa a la historia de una forma especial y la acompaña al cien por cien.

¿Qué supone este cambio de rumbo a nivel técnico y de producción? 

Esta película es mucho más grande. De hecho, ‘Pájaros’ iba a ser mi segunda película pero costaba encontrar la financiación para hacerla. No ha sido fácil. Hemos rodado mucho en Italia y en Rumanía. Queríamos hacer ese viaje así, no fingirlo, no hacerlo aquí en la Península. La película siempre es la punta de un iceberg y ese iceberg es mucho más grande en esta película que en otras. De hecho, yo empecé a pensar en ella cuando estaba empezando ‘Formentera Lady’. Estamos hablando de seis años de trabajo, con una pandemia de por medio. Rescaté ‘Toscana’ para hacerla mientras se preparaba ‘Pájaros’, porque era un proyecto muy complicado. Esta es más grande que las otras en todo, en cuanto a presupuesto, a ambición y a tamaño, a pesar de que yo creo que sigo una manera de tratar las historias que tiene mucho en común en las tres. Por ejemplo, siempre hay un humor planeando en unos personajes que suelen estar bastante perdidos y que suelen ser bastante frágiles. 

Habrán tenido que montar y desmontar equipos constantemente, hacer traslados… 

Nos hemos tenido que mover mucho, con un equipo bastante amplio. El equipo de cámara tenía que ser potente y además rodar con dos cámaras necesariamente, porque rodábamos en lugares a los que no íbamos a volver y todo tenía que estar bien. Necesitábamos tener el máximo material posible. A pesar de todo esto no es una súper producción, ni mucho menos. Es una película recogida y pequeña, pero que tiene un viaje muy largo.  

¿Cuándo duró el rodaje?

Unas ocho semanas.

¿Dónde empieza y dónde termina el viaje de los personajes?

La película empieza en la Albufera de Valencia y hay un primer viaje a la Costa Brava y el Ampurdán. Luego arrancan hacia el delta del Danubio, en Rumanía, a orillas del mar Negro. En el camino pasan por la costa francesa y por Italia; y luego siguen por Eslovenia, Hungría y Rumanía. En la película se hablan casi diez lenguas diferentes y no hay subtítulos. En ese sentido acompañamos también a los personajes. Lo que entienden ellos lo entendemos nosotros también y lo que no, pues no (risas).

Menudo lujo contar con Javier Gutiérrez y con Luis Zahera como dúo protagonista, ¿no?

Sí, sí, la verdad es que sí, es como un sueño. Además, hicieron una interpretación generosa, divertida, tierna, y muy emotiva. Todo lo que dio el viaje de sí, porque fue un viaje para contar otro viaje y ellos se lanzaron a tope. No puedo más que estar agradecidísimo y fascinado por el trabajo que han hecho. Lo interesante no es solo lo que les sucede por el camino sino también lo que les ocurre por dentro. Por eso tengo ganas de que el espectador pueda ver ya la película y les acompañe en ese viaje. Nuestro objetivo era llegar a divertir con el viaje exterior y a emocionar y hacer pensar un poquito con el interior. Me interesa destacar la ligereza y el humor para hablar de temas serios, como son la familia, el desamor, la culpa, el miedo y el respeto al paso del tiempo y a la muerte. Todos estos temas planean en la película.

Nunca ha dejado de compaginar la profesión de director con la de actor. ¿Va a seguir siendo así?

Sí, sí, a mí me gusta actuar. Cuando puedo, y sobre todo si hay comedia, me gusta trabajar como actor. De hecho, presento una serie en el festival el viernes: ‘Un nuevo amanecer’, con Yolanda Ramos. Estaré también en la presentación. Es algo que no he dejado ni quiero dejar de hacer.

Como actor, lo suyo es más la comedia.

La verdad es que sí (risas). Pero ha habido épocas. He tenido una época un poco más oscura con personajes más duros, pero, gracias a ‘Toscana’ y con este personaje que he hecho ahora en la serie, he vuelto a la comedia. Me apetece todo, pero la comedia lo contiene todo. Creo que además es lo más difícil de hacer, tanto a nivel de interpretación como de creación. La comedia, que a veces parece un género menor, para mí es todo lo contrario, es el género mayor.

‘Pájaros’

Colombo trabaja en un garaje 24 horas y completa su mísero sueldo trapicheando con marihuana. Mario, un tipo peculiar y aficionado a las aves que aparece inesperadamente en el garaje, lo contrata de chófer para ir a la Costa Brava a ver grullas. Al llegar, le cuenta que las aves han variado su rumbo migratorio hacia Rumanía. Mario necesita llegar hasta allí. Y Colombo necesita el dinero. Ocultando sus verdaderos motivos, emprenden un viaje que los llevará a conocerse mejor y a enfrentarse a sí mismos. 

SÁBADO 2  16.30 HORAS TEATRO CERVANTES