Protagonistas

“Esta historia se pregunta qué pasa cuando los padres se hacen mayores”

“Esta historia se pregunta qué pasa cuando los padres se hacen mayores”

Entrevista

Protagonista Celia Rico

04.03.2024

El segundo trabajo de Celia Rico vuelve a partir de las relaciones madre-hija para hablar de los cuidados familiares

JESÚS ZOTANO

 

En 2013, participó en el festival con el corto ‘Luisa no está en casa’ y ahora acude a la Sección Oficial con su segundo largometraje. ¿Cómo se siente? 

Estoy muy feliz, al igual que todo el equipo. Me parece que es un festival que le pega muchísimo a la película. También me hace mucha ilusión porque el festival se celebra en Andalucía. Poder estrenar la película aquí y que venga mi familia va a ser un momento muy bonito de celebración. También me parece un lujo compartir festival con directores a los que admiro, como Isaki Lacuesta y David Trueba.

‘Los pequeños amores’ llega tras ‘Viaje a la habitación de una madre’, en la que también hablaba sobre la relación de una madre y una hija. ¿Estamos ante una continuación de aquella historia?

Es verdad que la película vuelve a tener en el centro una relación madre-hija, pero no es una película que solamente cuente eso. Su origen viene de mi película anterior. Me gusta pensar que ‘Los pequeños amores’ conforma un díptico con ‘Viaje a la habitación de una madre’. Lo que yo me imaginaba es que, treinta años después, los personajes de aquella película están en otro momento vital. Y aunque aquí no son los mismos personajes, son otros nombres, viven en otro sitio, son otras actrices las que las interpretan…, sí que hay algo en común: son una madre y una hija que se reencuentran durante un verano. Había algo en ‘Viaje a la habitación de una madre’ que tenía que ver con una madre volcada en los cuidados de una hija, y aquí, la pregunta de los cuidados la desplazo a la hija, que ahora tiene cuarenta y pocos años y que, por primera vez, se ve cuidando a su madre. En esta historia se abren varias preguntas: qué pasa cuando los padres se hacen mayores; cómo se sostiene una sociedad respecto a los cuidados cuando los hijos no viven en la misma ciudad que sus padres... Y también se pregunta qué sucede con los nuevos modelos de familia de los que no tenemos referente.

Hablando de su ópera prima se preguntaba sobre la imposibilidad de “corresponder el amor de unos padres”. ¿Sigue ese espíritu presente en esta historia? 

Sí. La verdad es que es una pregunta que de alguna manera estaba rondando todo el proceso de ‘Viaje a la habitación de una madre’, y creo que es una cuestión que no se resuelve nunca. De hecho, a veces me planteo si hay que hacerse esta pregunta. Porque ya sabemos la respuesta. Una respuesta que nos llena de culpa, de peso y nos genera una gran carga. Creo que hay que vivir las cosas de otra manera y planeárselas desde otro lugar. Cada uno hace lo que puede. Nuestros padres han hecho lo que han podido y nosotros hacemos también lo que podemos. Sí que aquí hay algo de esa pregunta, pero también la desplazo a otros lugares, preguntándome sobre los vínculos, sobre el amor, sobre cuánta importancia le damos a ese amor que nos hace querer cuidar a los otros. Y si podemos de alguna manera pensarlo desde un lugar menos idealizado, menos romántico, que nos permita afrontar un día a día más llevadero y menos amargo. 

¿Es consciente de que estos sentimientos están muy arraigados en la cultura mediterránea y que los vínculos familiares no suelen ser tan intensos en otras latitudes? 

Puede ser. Aquí somos muy familiares, muy tocones, muy de abrazarnos y de estar todos juntos. También ocurre en las grandes capitales. Vivo en Barcelona y la gente que ha nacido en la ciudad no se mueve tanto: tiene a los padres cerca y hace compatible tener su propia vida, su familia, su trabajo y luego poder estar pendiente de sus padres, y los padres de los hijos, porque igual viven a una parada de metro. ¿Qué ocurre en los pueblos? Pues lo normal es que los hijos se marchen para estudiar una carrera, por ejemplo. Esta circunstancia obliga a que las separaciones sean geográficas. Y siempre se puede coger una AVE o un avión para visitar tus padres, pero no estás en el día a día, que es lo que cuenta. Quizá esto pasa mucho en Andalucía, donde, desgraciadamente, mucha gente se marcha a Madrid, a Barcelona o a otros países en busca de trabajo, y esto quizá nos define también a los andaluces. Cuando eres jovencito, está claro que uno se va a marchar y tiene todo el futuro por delante. Incluso tus padres te animan a buscarte el porvenir y a labrarte un futuro. Pero luego, cuando tienes de cuarenta años para arriba, te encuentras en otro momento vital y las decisiones tomadas tienen unas consecuencias, entre ellas, estar a no sé cuántos kilómetros de tus padres y no poder estar con ellos. Y sí, esa pregunta, que tiene que ver con corresponder el amor de los padres, atraviesa también esta película. 

Confiéselo: contando con María Vázquez, que el año pasado ganó la Biznaga a mejor actriz por ‘Matria’, y Adriana Ozores se ha asegurado la solvencia interpretativa de la película. 

Totalmente. Me siento súper afortunada y es muy bonito trabajar con actrices como ellas. Es mi segunda película y yo también voy aprendiendo. Es una gozada el intercambio. Aportan mucho, son muy generosas y rigurosas. Las dos trabajan desde una intuición muy bonita y también desde una experiencia y un conocimiento increíble. Tiene una conciencia muy grande del trabajo que desarrollan y lo llenan todo de matices y capas, que es lo que a mí me gusta: ese trabajo en profundidad y con hondura. 

Se dice que un creador se la juega todo con su segunda obra, en la que ya no contaría con la suerte –o la inconsciencia– del principiante. ¿Ha sentido esa presión? 

Siempre dicen que la segunda película es la más difícil, ya que nadie está esperando que la hagas la primera. Con la segunda, pues sí: hay gente que le gustó la primera y te preguntan, y te dicen que tienen ganas de verla… Sí, una es más consciente de que hay alguien ahí que va a ir a la sala de cine porque le gustó tu anterior trabajo. Y quieres que le guste igual o más. Y sí, trabajas, no tanto con presión, pero con el deseo de que guste.

 

‘Los pequeños amores’

Teresa cambia sus planes de vacaciones para ayudar a su madre (Adriana Ozores), que ha sufrido un pequeño accidente. Madre e hija pasarán juntas un verano de lo más sofocante, en el que no conseguirán ponerse de acuerdo ni en las cosas más triviales. Sin embargo, la obligada convivencia removerá más de lo esperado y, en las noches estivales, Teresa vivirá momentos reveladores junto a su madre.

LUNES 4 DE MARZO 22.15 HORAS TEATRO CERVANTES