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El cineasta de la emoción verdadera

El cineasta de la emoción verdadera

Gala Homenaje
09.03.2024

Marcelo Piñeyro recibe el Premio Retrospectiva por una dorada carrera en la que confluyen las cinematografías de ambas orillas

TAMARA HARILLO

 

Aseguraba Marcelo Piñeyro en su vídeo de presentación que su afán al hacer cine ha sido siempre encontrar la verdad humana, esa emoción verdadera que actúa como pulsión y que nos conecta con los demás. Anoche, ese motor lo encontró en el cariñoso aplauso del público del Teatro Cervantes, cuando recogió la Biznaga del Premio Retrospectiva Málaga Hoy, con el que el festival reconoce una inmensa trayectoria que simboliza el espíritu de este certamen: un abrazo de fraternidad cinéfila entre las industrias latinas. 

Porque el aclamado cineasta ha sabido conjugar en sus treinta años en este oficio, que es su único modo de vida posible, la esencia de lo genuinamente argentino con una narración que apela a lo universal, a través de personajes profundos e historias conmovedoras nacidas de la realidad de su tiempo. Esta empatía que convierte en sello propio en la gran pantalla le ha valido para cosechar éxitos de taquilla que han puesto en común a público y crítica. Así lo recalcó la comunicadora Celia Bermejo, que ejerció de maestra de ceremonias en la gran noche de Piñeyro. Tras repasar su extensa producción audiovisual realizada aquí y allá, invitó a subir a las tablas a un completo grupo de amigos y compañeros que arroparon al director, que desde su butaca y con la mirada encendida, seguía con detalle todo el guion de la gala. 

El primero en pasar por el atril fue el actor Joaquín Furriel, con el que Piñeyro ha trabajado recientemente en ‘El reino’. El intérprete aprovechó el momento para agradecerle al homenajeado que le cambiara la vida con su ópera prima, ‘Tango feroz’. Con ella descubrió el cine como un fenómeno colectivo y le hizo ver que, aunque viven en un país “doloroso socialmente”, siempre hay una manera de disfrutar de la vida y hacer que la rebeldía tenga sentido.

Tomó la palabra después el director de fotografía Alfredo Mayo, para destacar la genialidad de la obra de Piñeyro, al tiempo que el cineasta Gerardo Herrero valoró en su discurso su inteligencia, sentido del humor y brillantez. “Si nunca han visto una película de Marcelo Piñeyro, por favor búsquenlas. Son entretenidas y profundas”, recomendó a los espectadores. 

Y le tocó por último hablar a la escritora Claudia Piñeiro, la presidenta del jurado de esta edición del festival, cuya obra fue llevada al cine por primera vez gracias a la colaboración con el premiado. No quiso repetir la guionista más elogios, pero sí señalarlo como un verdadero “hombre de cine”, comprometido y generoso tanto en el plano profesional como en el personal. Ella fue, precisamente, quien le hizo entrega de una Biznaga que Piñeyro brindó al teatro y a todos los compañeros con los que ha coincidido en su carrera.

“No les hagan mucho caso, dijeron cosas muy lindas pero todas son mentira. Les pedí que no dijeran la verdad, a nadie le interesa”, arrancó bromeando su agradecimiento, que tenía escrito en una chuleta en el móvil para no desbordarse en el verbo. Y tras acordarse de sus equipos y declarar su amor eterno al cine, quiso cerrar con un alegato para la esperanza, haciendo alusión a la situación actual de su país. “Yo empecé a hacer cine en democracia, pero ahora estamos en una noche oscura donde se señala la cultura como el enemigo a batir. Pero la alegría es nuestra principal fuerza para seguir y lo que nos hace diferentes a ellos”. Pues ayer, la suya, fue el premio que se lleva de Málaga.