Protagonista Pablo Maqueda
El cineasta Pablo Maqueda propone en ‘La desconocida’ un thriller con muchos giros, sorpresas y personajes que esconden muchos secretos
Lo suyo con la historia que se cuenta en ‘La desconocida’ fue algo así como un flechazo, ¿no?
Sí, sí. Desde el momento en que vi la obra de teatro de Paco Bezerra ya sabía que había una película, un thriller poderoso para poder atrapar al público, para poder jugar con él. Un material que era bastante potente para poder retar al espectador. En estos momentos en los que el cine es a veces una experiencia demasiado fácil, de esta historia podía salir una película cargada de secretos, de trucos y de giros. Eso a mí como espectador me llama, y como cineasta ha sido un placer poder llevarlo a la pantalla y adaptarlo con el propio Paco Bezerra y Haizea G. Viana como coguionistas.
¿Cómo ha sido la adaptación?
Ha sido un proceso largo, casi dos años de adaptación, fortaleciendo la obra, expandiéndola para los espectadores en un universo más visual y cinematográfico. Ha sido un juego y aquí seguimos jugando todavía (risas). ‘La desconocida’ es una película de la que se puede contar poco, porque tiene muchos giros y hay que preservar ciertos secretos para que el espectador llegue lo más virgen posible al metraje.
Entonces, sin hacer ‘spoiler’, se puede decir que la película encierra muchas sorpresas...
Sí, lo que más me atrajo de esta historia y de estos personajes es que esconden muchos secretos. También me interesaba explorar el lado más oscuro del ser humano desde un punto de vista más cotidiano. Por eso conté con cineastas como Santiago Racaj, director de fotografía; o Marta Velasco, al montaje, que son cineastas asociados a un tipo de cine más naturalista. Para mí el thriller también podía tener esa visión más naturalista, más cercana al documental, porque la realidad a veces es terrorífica. No hace falta tintarla demasiado para darnos cuenta muchas veces de que un acosador puede estar caminando contigo o cruzándose contigo por la calle. Y esas son un poco las razones por las que conté con actores que pudieran transmitir una verdad a la pantalla casi documental, como Manolo Solo, que para mí representa al hombre cotidiano, al hombre de la calle; o Laia Manzanares, que es un portento visual a la hora de transmitir emociones; y Eva Llorach, que en este papel va a sorprender a los espectadores.
¿Cuando fue a ver ‘Grooming’ ya estaba interesado en este tema o se topó de repente con él?
Sí, ya me interesaba bastante, de hecho ya había tratado en un trabajo anterior el acoso en redes sociales, no de ‘grooming’ sino de ‘ciberbullying’. He de decir que el lado oscuro de Internet es un tema muy poco explorado en el cine español y me parece que representa mucho nuestra época. Los males que nos acechan detrás de un móvil o detrás de un ordenador pueden llevar a tragedias y a situaciones entre víctima y agresor muy difíciles y muy duras. Y me parece que poder visibilizarlo en el cine era necesario a través de una trama como esta, que es un thriller que conecta con el espectador y que hace sentir a los personajes de una manera muy intensa. Por eso hemos puesto mucho empeño en que fuera una película que conectara con el espectador desde el minuto 0 hasta el minuto 90.
Pues el metraje lo ha clavado…
Sí, quería un metraje breve, y sobre todo quería que fuera también como la propia obra de teatro, un metraje que te agarra desde el minuto 0 y que no te suelta hasta que acaba.
¿Cómo ha sido trabajar con Paco Bezerra, el creador de la obra?
Un lujo, porque Paco Bezerra es un maestro. Poder trabajar con un Premio Nacional de Teatro codo con codo desarrollando su propia historia ha sido increíble. Nos compenetramos muy bien. Yo pensaba en imágenes, él pensaba en palabras y lo poníamos todo en conjunto. La otra coguionista, Haizea Viana, nos daba ese punto de cordura que quizás a los dos nos falta. Ella es la que ha aportado el toque de thriller más cercano a títulos como ‘El silencio de los corderos’ o series como ‘The Fall’. Con Paco he encontrado un ‘partner’ con el que seguir escribiendo y creando películas. Ya estamos trabajando en próximas películas juntos.
Entonces no habrá sido tan agotador para él, ¿no? Según ha dicho, parece que ha sufrido lo suyo con este proyecto, que se ha extendido 7 años, bastante más tiempo del esperado.
(Risas). Lo de Paco era muy gracioso, porque siempre hemos tenido ese conflicto en broma entre nosotros entre lo teatral y lo cinematográfico. Yo le decía que era muy teatral, que tenía que pensar en imágenes, que había cosas que no había que verbalizar porque ya se estaban viendo. Al final ha acabado disfrutando ese sufrimiento del que hablas. Totalmente.
Respecto a los actores, de Manolo Solo no hace falta decir mucho, ¿pero cómo es Laia Manzanares?
Ha sido toda una sorpresa. Hubo un largo y arduo proceso de casting para encontrar a este personaje porque es muy complejo, son muchos personajes dentro de una misma persona. Laia se impuso de manera fuerte frente al resto no solo físicamente sino también a nivel interpretativo. Ha sido un lujo. He trabajado casi a toma única con ella. Poder trabajar así con una actriz, que comprende el personaje a la perfección, es muy importante. Con ella siento que también he encontrado a alguien con quien poder trabajar en el futuro.
¿Con qué expectativas viene a Málaga? ¿Qué cree que puede suceder?
No soy muy de expectativas. Lo que sí que tengo es unas ganas locas de compartir la película con el público, y de poder charlar con los espectadores, con la prensa. Eso es lo que quiero. Nuestra película está hecha para plantear muchas preguntas a los espectadores y observar sus reacciones y sus impresiones. Me encanta leer todo, ver todo, leer las buenas críticas, las malas… Disfruto todo y aprendo mucho de cada reflexión, desde el crítico especializado hasta el espectador que está recién salido y me cuenta su impresión de la película por Instagram.
¿Le contactan mucho por las redes?
Sí, y yo agradezco mucho esos contactos. Como cineasta, lo que más agradezco de las redes sociales es poder tener contacto con los espectadores.
Cristina Cortijo Bon